Reciclador sueña con ser médico y espera beca de Itaipú
El reciclaje de cartones, papeles y plásticos es el trabajo que desarrolla con su papá Tikiko Eliezer Paredes en su tiempo libre en el asentamiento San José Obrero de Lambaré.
El joven de 18 años es uno de los 2.145 estudiantes que aprobaron la prueba escrita de Lengua Española y Matemáticas de las becas de Itaipú.
Su sueño es estudiar Medicina en la Universidad Católica y hacerse doctor para ayudar así en su comunidad.
Por ahora, a Tíkiko le resta esperar los resultados del test socioeconómico, y así saber si se quedará con uno de los cupos disponibles que brinda la hidroeléctrica binacional.
Caminando por un estrecho pasillo, similar a esos que se ven en lugares como Ricardo Brugada, se encuentra la casa de Tikiko, en el asentamiento San José Obrero, que se legalizó en el 2009, aunque los vecinos habitan en el sitio desde hace décadas. Está ubicado detrás del colegio Eusebio Palomino, de la avenida General Santos, y se ingresa a pie desde puente Ka’i, un pasadero de 100 metros que separa las calles de un arroyo contaminado.
El joven junta cartones con su familia y vecinos cuando no está leyendo o estudiando. «Tikiko es un nombre bíblico que significa afortunado. Por la fe que tengo siempre supe que ese nombre le iba a abrir muchas puertas», confiesa el padre, don Tomás Paredes, quien dedicó su vida a vender chipas y criar a sus dos hijos hasta hace dos años, cuando se hizo reciclador de profesión.
EL SUEÑO. «Desde muy chico sueño con ser médico, siempre me gustó y hasta mi pediatra me apoyaba con la idea de seguir esta carrera», dice Tikiko desde la habitación de sus padres, el lugar donde los Paredes Guerrero reciben las visitas, miran la televisión y, a veces, por la falta de espacio, comparten el almuerzo.
Egresado destacado en el Colegio Nacional Santa Teresita del Niño Jesús, su promedio en la educación media es de 4,98. Su historial de estudiante es impecable, fue uno de los abanderados de su promoción.
«Quiero que mi hijo sea mejor que yo, no menosprecio mi trabajo ni lo que hago, porque es un sacrificio para que ellos tengan todo lo que necesitan. Él va a ser mucho mejor», dice don Paredes, mientras se le escapan unas lágrimas.
La historia se hizo viral en estos días cuando la Binacional decidió compartirla en las redes sociales.