El supuesto autor del ataque, Stephen Paddock, un hombre blanco de 64 años, se suicidó tras cometer la masacre, aunque las informaciones previas apuntaban a que había sido abatido por las fuerzas del orden.

En un comunicado, la Policía de Las Vegas explicó que Paddock es el “único sospechoso” en un suceso que ya se considera el tiroteo más mortífero de la historia moderna de Estados Unidos.

Se desconoce, por el momento, el móvil del tiroteo y no ha trascendido información sobre el atacante, residente de la ciudad de Mesquite en Nevada, a una hora en auto de Las Vegas.

Paddock abrió fuego contra una multitud de más de 22.000 personas que asistían a un concierto, desde su habitación del hotel Mandala Bay aproximadamente a las 22.08 del domingo hora local (05.00 GMT del lunes), según la nota policial. Era un concierto del festival de música country “Route 91 Harvest Festival”, que se celebraba al aire libre.

Un portavoz de la Policía explicó en rueda de prensa que el atacante estaba en ese hotel desde el 28 de septiembre.

El Departamento de Bomberos del condado de Clark estima que aproximadamente 406 personas fueron trasladadas a hospitales y al menos 50 murieron en el trágico suceso.

Uno de los fallecidos es un agente de la Policía de Las Vegas que estaba fuera de servicio, mientras que dos compañeros suyos que sí estaban trabajando resultaron heridos.

Uno de ellos ha pasado de estado crítico a estable y no se teme por la vida del otro, indicó la Policía en su nota. Los agentes piden “paciencia” a los ciudadanos porque “el proceso de identificación de los heridos y muertos tomará tiempo”.

La Casa Blanca ha anunciado que el presidente Donald Trump hará una declaración a lo largo de la mañana sobre lo ocurrido.

Hasta ahora, su único mensaje ha sido un tuit esta mañana: “Mis más cálidas condolencias y compasión para las víctimas y familiares del terrible tiroteo en Las Vegas. ¡Dios los bendiga!”.