Trump, que el pasado viernes cumplió 50 días en el poder, mantuvo un encuentro en la Casa Blanca con los miembros de su gabinete, una reunión que esperaba que fuera «histórica en términos del fantástico trabajo» que su equipo hará «para el pueblo estadounidense».

El mandatario destacó en particular la labor de sus secretarios de Defensa, James Mattis, y Seguridad Nacional, John Kelly; y quiso «felicitar» a este último por las cifras de la Patrulla Fronteriza que apuntan a que en febrero bajó notablemente el número de indocumentados detenidos en la frontera sur con respecto de enero.

«Las detenciones en la frontera sur cayeron un 40 %, algo sin precedentes. Quiero felicitar al secretario Kelly», dijo Trump.

La Casa Blanca ha atribuido ese descenso en la llegada al país de indocumentados a las políticas migratorias de Trump, aunque el canciller de México, Luis Videgaray, opinó la semana pasada que aún es «pronto» para sacar esa conclusión.

Trump destacó también sus órdenes para «intensificar el escrutinio» de los extranjeros que entran a Estados Unidos y aseguró que no descansará «hasta que el trabajo esté hecho» en su objetivo de garantizar que los inmigrantes que llegan «aman este país».

El mandatario lamentó que su primera reunión de gabinete se hiciera con «cuatro asientos vacíos» y culpó de ello a la «obstrucción partidista» de los demócratas en el Senado.

Están pendientes de confirmación en el Senado los nominados de Trump para secretario de Trabajo, Alexander Acosta; para secretario de Agricultura, Sonny Perdue; para Director Nacional de Inteligencia, Dan Coats; y para Representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer.