CARTA ABIERTA A SINDULFO BLANCO, PRESIDENTE DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DE CENTRAL: “LA LOCA DE LA JUSTICIA”

Me enteré por ahí, de buena fuente, que anda repitiendo en sus círculos cercanos que estoy loca, que “atropello” a jueces “indefensos” que usted apadrina impunemente, para que comentan actos de vandalismo institucional: llegando tarde a sus despachos, insultando y maltratando a los justiciables, y convirtiendo sus Juzgados en pequeños feudos, donde lo que menos importa es el imperio de la ley.
Dicen, por ahí, que para muestra basta un botón, así es que le sugiero que mueva su inmensa humanidad – en el sentido poético del término- del décimo piso de la torre de marfil o más bien del sepulcro blanqueado que lo acoge gracias al salario que le pagamos todos los paraguayos y se traslade al despacho de su ahijada la Jueza de Paz Natalia Molas de Fernando de la Mora y tome al azar expedientes para que compruebe de lo que estoy hablando.
Usted no aceptará el desafío propuesto, porque la circunscripción judicial que preside, es el reflejo del espejo en el cual se mira todos los días, motivo por el cual, poco le importa enmendar entuertos. Usted, majestuosisimo ministro está muy concentrado mirándose al espejo y al igual que en el cuento de Blanca Nieves únicamente le nace preguntarle “Espejito, espejito mágico, quién es el más lindo de este feudo”… Ah por la dudas, usted en la historia es la madrastra, no se equivoque y piense que es Blanca Nieves mba´e. En su rol, la madrastra no tuvo empacho alguno en intentar “asesinar” a quien le estorbaba en el camino… con muchos magistrados de Central pasa lo mismo – salvo las excepciones que confirman la regla y nos dan esperanzas- algunos de sus “funcionarios” – no dudan – convencidos de su impunidad, en asesinar la ley para llevar adelante los mandados del señor feudal…. total… con usted la jugada es segura.
La verdad, señor Ministro, abrazar la lucha por una justicia independiente, imparcial y honorable, es una tarea titánica que únicamente los locos estamos dispuestos a sobrellevar. La posición más cómoda es decirle a usted y a los que mandan en su feudo, que todo marcha bien y que son guapos, sabios y esbeltos.
Estaré loca, pero lejos estoy de convertirme en cómplice de un sistema corrupto y venal integrado por bastardos que anteponen sus caprichos al texto claro de la ley. Estaré loca, pero si alguna vez me toca la honra de ejercer un cargo público no terminaré mis días frente a un espejo barato que escupe lisonjas que convencen a mi carne que robar y mentir son pecados veniales que vienen adosados al ejercicio de mis funciones.
Loca…pero no corrupta, señor ministro.
Kattya González
Más conocida como “la loca de la justicia”