Como ocurre cada tanto, ayer, la Prefectura Naval del vecino país espantó a balazos a unas cuatro embarcaciones paraguayas. Por redes sociales se supo que hubo heridos con perdigones de goma.

Un grupo de embarcaciones paraguayas, guiadas por paseros alberdeños, fueron sorprendidas por patrullas de la Prefectura Naval de Argentina en la margen que corresponde al vecino país.

Automáticamente se inició una intensa persecución, bajo una espesa niebla y sobre un turbulento río Paraguay, agitado por los fuertes vientos que había a tempranas horas; lo que daba la sensación de un episodio de película.

El incidente –ocurrido en la mañana de ayer– tuvo lugar en la zona conocida como El Mangal, en la margen correspondiente al lado argentino.

Y se supo mediante capturas de teléfonos celulares de compatriotas que emprendían la huida a bordo de una de las lanchas a motor.

Las imágenes –tanto fotos como videos– se vilarizaron por grupos de WhatsApp y en las redes sociales.

Los gritos desesperados de algunos paseros se mezclaban en el aire con el ensordecedor rugido del barco patrulla con agentes antidisturbios.

Ninguna autoridad policial ni de Prefectura Naval paraguaya dio detalles sobre este enfrentamiento, ya que desconocían su ocurrencia.

Pero fuentes extraoficiales de Alberdi confirmaron que se produjo efectivamente, solo que los involucrados no formularon denuncias. Es que como se dedican al paso ilícito de mercaderías y de personas, optan por quedar lejos del alcance de las autoridades de orden y seguridad nacionales

“Acá lo ilegal ya es legal”, suscribió el comisario principal Julio Melgarejo, jefe de la Comisaría 26 de Alberdi.

Hace solo una semana está a cargo de esa dependencia policial y tomó nota de que muchos tienen al contrabando como “sustento de vida”.

Casi al cierre de esta edición, la cónsul paraguaya en Formosa, Noelia López Sanguinetti, confirmó el hecho al señalar que se dio en un “paso clandestino”.

La Prefectura argentina de tanto en tanto persigue a las lanchas paraguayas que a diario cruzan el río para el transporte ilegal tanto de mercaderías como de pasajeros.

Incluso, en tiempo de pandemia, los paseros vivieron un boom con el cierre fronterizo. Tanto paraguayos como argentinos optaban por este medio para pasar la frontera, tanto de un lado como de otro.