Semillas para la Democracia realizó un análisis sobre el monto de la inversión en publicidad política que gastaron los candidatos para las elecciones internas partidarias que se llevaron a cabo el pasado 17 de noviembre. El tiempo que se tuvo en cuenta fue el mes de noviembre, el total gastado en todas las publicidades pagas en televisión, diarios y exteriores (cartelería) sería de 597.234 dólares.

Santiago Peña, candidato a Presidente por Honor Colorado, gastó el 66,5% del total, lo significa un monto de 397.160 dólares; mientras que Mario Abdo Benítez (Colorado Añetete) invirtió el 10,7%, suma que alcanza los 61.904 dólares y salió victorioso en la puja por el poder Ejecutivo en representación de la Asociación Nacional Republicana (ANR).

El 100% lo completan Óscar Tuma, candidato a senador por su propio movimiento, con el 6,2%, lo cual representa el monto de 37.028 dólares cerrando el tercer puesto. Otros candidatos en total llegaron al 16,6%, que suma la cifra de 99.140 dólares.

Marta Ferrara, presidenta de la asociación civil Semillas para la Democracia, comentó a ABC Color que los datos fueron proporcionados por una empresa y luego ellos realizaron el análisis. Dijo que por ejemplo Mario Abdo Benítez pagó solo por publicidad en ciertos horarios en televisión y en el canal con mayor rating. “Se nota que su propaganda estaba segmentada”, acotó Ferrara, lo cual se replicó en los medios impresos de mayor circulación.

Santiago Peña, por su parte, pautó bastante publicidad política principalmente en medios del Grupo Cartes. Los costos se calcularon en base a lo que se maneja en tarifa del mercado en términos publicitarios para todos los casos. Acotó que lo más llamativo del análisis es que Tuma no estaba como candidato a Presidente.

Agregó que Efraín no pautó publicidad televisiva, Mateo Balmelli lo hizo pero en un porcentaje pequeño, mientras que para las mujeres en su mayoría y grupos indígenas no hubo nada de propaganda mediática. “Solo Cinthia Tarragó tenía publicidad”, indicó.

Finalmente, señaló que este tipo de estudios demuestran que el que más gasta o invierte en propaganda electoral no es el que gana.