La Fiscalía imputó  a un hombre por coacción contra una niña indígena en la ciudad de Mariano Roque Alonso, Departamento Central.

En el marco de la investigación periodística de Telefuturo —que duró ocho días enteros— que dejó al descubierto cómo —a plena luz del día— las niñas de la comunidad indígena Maká son prácticamente abusadas en la vía pública o yuyales en la ciudad de Mariano Roque Alonso, la Fiscalía informó este jueves que uno de los vehículos ya fue identificado, cuyo conductor fue detenido y fue imputado por coacción.

El Ministerio Público mencionó que el 12 de octubre ya se iniciaron las investigaciones, en la unidad de turno de Mariano Roque Alonso, a cargo de la fiscala Elena Fiore, en coordinación con la fiscala Delegada de la Unidad Especializada de Trata de personas Carina Sánchez y la Policía de Trata de Personas.

Con las imágenes inmediatamente se localizó a uno de los hombres que pudo ser identificado y quien fue procesado por coacción contra una de las niñas indígenas y que se observa en el video que llegaron por varias vías y fueron denunciadas por la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni).

Desde la Fiscalía informaron a Última Hora que la víctima aún no fue individualizada para poder determinar si hubo o no abuso sexual o violación. Además mencionaron que se trata de identificar a las víctimas.

El nombre del presunto autor se omite en cumplimiento del artículo 29 del Código de la Niñez, que prohíbe la publicación de datos que posibiliten identificar a los menores de edad en condición de víctima o supuesto autor de hechos punibles.

Un reportaje de Telefuturo mostró la triste realidad de las niñas, niños y adolescentes de la comunidad Maká, quienes son ofertados por un adulto a los hombres que buscan satisfacer sus necesidades con la desgracia de los pequeños.

Los vehículos de los interesados —algunos muy lujosos— llegan a la zona entrada la noche y recorren el pasillo de la prostitución para recoger a las niñas o adolescentes. Todo esto ocurre bajo la atenta mirada de dos personas que actúan como intermediarios y son quiénes eligen a las indígenas para su prostitución.

Modus Operandi

Desde que las niñas tienen el periodo menstrual son consideradas mujeres y ya forman parte de las “ofertables”. Las que son iniciadas se ofrecen a los hombres por G. 20.000 o G. 30.000 y una vez cumplida la misión, entregan el dinero al encargado y vuelven para buscar otros clientes.

Según el informe, no se descarta que en la zona también exista la trata de personas, ya que son varias las pruebas captadas por los vecinos, donde se puede observar cuando las víctimas son llevadas contra su voluntad en lujosos vehículos al mando de hombres mayores.

Algunas de las menores luchan con fuerza para no ser raptadas o sometidas sexualmente, pero al final nada es suficiente y los letrados se salen con la suya, según el reporte de Telefuturo.

En las imágenes compartidas en el segmento del Telediario de Telefuturo, se puede observar cómo un supuesto taller de camiones pesados es utilizado como aguantadero, donde las menores de entre 11 y 12 años ingresan de a tres para “atender” a los camioneros que llegan esporádicamente a la zona.

Las niñas son arreadas por una cabecilla, una mujer que también es de la comunidad, donde las mismas tienen un santo y seña, o una suerte de señal, que utilizan para avisar que ya están disponibles para el servicio.

Problemas de drogas

Otro de los problemas en la zona son las drogas. En el lugar también existe un grupo predominante, el Clan Rotela, que recluta a los adolescentes de la comunidad para ser vendedores de los estupefacientes, en especial del crac, además de que estos también son fieles clientes y se valen de eso para convertirlos en vendedores.

Desde hace tres años aproximadamente los vecinos viven acorralados por la delincuencia, el tráfico de drogas y la explotación sexual a plena luz del día y horas de la noche.